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Sunday, December 6, 2015

Por poco me persuades

El adverbio de cantidad “por poco” es muy usado para mostrar la frustración de no haber alcanzando algo, o también la satisfacción de que algo no haya sucedido. Es por eso que a veces  podemos oír: “Por poco me dan el trabajo”. Pero el asunto es que no lo consiguió. Otros dicen: “Por poco nos casamos”. Pero la verdad es que no se casaron.
El que busca dinero sin mucho esfuerzo, dice: “Por poco me gané la lotería”. Pero resulta que el número se lo sacó otra persona. Y qué hay de aquellos que dicen: “Por poco tuve un accidente”. Qué bueno que no lo tuvo. Otros con frecuencia dicen: “Por poco me agarra la migra”. Bueno, menos mal que salió ileso. Algunos, ante cierta relación, dicen: “Por poco lo arruino todo”. Hizo bien en no arruinarlo. Y así se dan a cada momento situaciones donde este adverbio o nos salva o nos arruina.
 
El rey Agripa dijo: “Por poco me persuades a ser cristiano” Hechos 26:24-29, lo cual puso en evidencia que aunque fue impresionado, y a lo mejor movido de su asiento, al final no conoció al Cristo con el que fue confrontado. “Por poco” es una cantidad incompleta. En las matemáticas divinas esta cantidad no cuenta. No basta estar tan cerca de la salvación y al final perderse. En el infierno habrá mucha gente que “por poco” fue salvada, como el caso del joven rico. Aunque vino con muchas cosas correctas, incluyendo la pregunta para su salvación, al final no aceptó las demandas de Jesús.
 
El rey Agripa  escuchó con mucha atención a Pablo, pero este hombre prefirió los goces temporales que los eternos. Estuvo a punto de ser persuadido para pasar de “muerte a vida”, tanto así que Pablo le encaró con su propio testimonio (v. 29). Por lo tanto, no viva usted “por poco”, decida hoy vivir por mucho. A la luz de esta historia, consideremos cuál es la más grande tragedia de la vida.
QUE ES UNA PENA QUE ALGUIEN VEA TAN CERCA LA PRUEBA DE LA SALVACIÓN Y NO SE CONVENZA !!


 
 

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