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Thursday, September 10, 2015

Mas que la riqueza, la alegria del corazon

Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres.  (Filipenses   4, 4)


Los salmos son una constante invitación a alegrarse en El Señor, “¡Alegraos en El Señor, oh justos, exultad, gritad de gozo, todos los de recto corazón!”  (Salmos 32,11), “alegraos en el Señor, exultad ante su rostro.” (Salmos 68, 8), “¡En ti se gocen y se alegren todos los que te buscan!”  (Salmos 70,5), “Justos, alegraos en el Señor, celebrad su memoria sagrada.” (Salmos 97,12), “servid al Señor  con alegría, llegaos ante él entre gritos de júbilo!”  (Salmos 100,2), “se alegre el corazón de los que buscan al Señor  (Salmos 105, 3), del mismo modo, encontraremos en las Sagradas Escrituras muchas invitaciones no solo a estar alegres en el Señor,  sino que además invitaciones para que sirvamos a Dios con alegría, con entusiasmo y voluntad.

 “Ni hay riqueza mejor que la salud del cuerpo, ni contento mayor que la alegría del corazón”.  y luego también; La alegría de corazón es la vida del hombre,   por esa razón, todo lo que demos hay que darlo con alegría y si lo damos como servicio a Dios, aún mas alegres aún, porque en la vida común, nuestros padre también piden a sus hijos les sirvan con alegría y cuando uno anda triste y malhumorado, seguramente servimos con el ceño de la tristeza y no parece que hemos servido con buena voluntad, por tanto es el mismo caso para Dios, a El debemos servirlo con voluntad y alegria.

Wednesday, September 9, 2015

Viviran estos huesos??


Ezequiel 37:1-6 - La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos. 2Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera. 3Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes. 4Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová. 5Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. 6Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová.

Esto aquí forma parte de una de las seis visiones que Dios le dio a Ezequiel, y describe con exactitud la condición espiritual del pueblo de Dios en ese entonces. Pero aunque éste profeta hablo estas palabras hace miles de años, yo diría que ellas siguen muy vigente, ya que describen muy bien la condición espiritual de muchos dentro del Cuerpo de Cristo hoy en día.

Pensemos en esto por un breve momento; cuando se habla de un hueso, lo primero que nos viene a la mente es algo que ha muerto, ¿verdad? Pero fijémonos bien que aquí Ezequiel no solamente dice que había huesos, él da una descripción bastante detallada, él los describe diciendo: “secos en gran manera.” Ahora preguntémonos, ¿qué significado tiene esto para nosotros hoy en día?
La respuesta a ésta pregunta la encontramos mirando a nuestro alrededor. Digo esto porque cuando nos fijamos en nuestro alrededor, no creo que exista una persona que no se de cuenta que el mundo, y la iglesia de hoy, están llenos de huesos secos. Con solo fijarnos en las condiciones que existen a nuestro alrededor, no es difícil encontrar que día tras día, todos aquí atravesamos por un gran valle de huesos secos. Con solo fijarnos a nuestro alrededor, pronto descubriremos que las personas en el mundo, aunque vivas físicamente, se encuentran completamente secas y muertas espiritualmente. Esto es la triste realidad para todos aquellos que no conocen a Cristo como su Rey y Salvador; la realidad para todos aquellos que rechazan la gracia y misericordia de Dios, pero desdichadamente también es la verdad acerca de muchos que componen el cuerpo de Cristo.
Muchos creyentes se han acostumbrado a tener una relación superficial con Dios, y han dejado de escuchar Sus advertencias y consejos. Demás está decir que una relación con Dios de esta índole solo conduce a que nuestra vida espiritual se vaya secando, y que pasemos a ser un saco de huesos secos; un saco de carne sin espíritu y propósito. Para levantarnos y servir a Dios como Él desea, tenemos que dejarnos guiar; tenemos que buscar hacer la voluntad de Dios. Ezequiel no pudo hacer nada por él mismo, sino por el poder de Dios.
Pregunto: “¿Vivirán estos huesos?”.  Podemos recobrar vida, aun cuando nos hemos desviado de Dios , de su presencia y no a quedado espiritu de Dios en nosotros? Si, podemos revivir de nuevo!

J.R. Hernandez