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Saturday, September 26, 2015

Ninguna arma forjada contra ti prosperara

La iglesia de Cristo se extenderá más allá que las limitaciones anteriores para llevar las buenas nuevas. “Ensancha el sitio de tu tienda y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas apocada; alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas. Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; tu descendencia heredará naciones y habitará las ciudades asoladas.” (Isaías 54:2-3). Sencillamente, la iglesia aumentara sus fuerzas y levantara multitudes en Cristo.
Mientras miramos la profecía de Isaías más de cerca, vemos que no es dirigida solamente al cuerpo eclesiástico sino también a individuos.   Isaías aclara en este versículo: la iglesia de Dios no será avergonzada.
Pero solo unos versículos mas abajo, leemos esta advertencia a la iglesia de los últimos días: “¡Pobrecita, fatigada con tempestad, sin consuelo! He aquí que yo cimentaré tus piedras sobre carbunclo y sobre zafiros te fundaré.” (Isaías 54:11). Nos dice que seremos afligidos, lanzados de lado a otro por tempestad. Pero nos promete un fundamento de zafiros. ¿Qué significa esto, exactamente?
Como creyentes, podemos estar bajo pacto con Dios, llevando en nuestros corazones sus preciosas promesas de no temer, ninguna vergüenza, ninguna confusión, ningún reproche. Sin embargo, aun es posible que seamos lanzados de acá para allá por tormentas personales, experimentar soledad, y no tener quien nos consuele. En resumen, se permite que Satanás nos zarandee.
En el versículo 16, Isaías nos ofrece una imagen de cómo obra nuestro adversario. Dios dice, “Yo hice al herrero que sopla las ascuas en el fuego y saca la herramienta para su obra; y también yo he creado al destructor para que destruya.” (54:16). Aquí tenemos una imagen de un herrero, bombeando los bramidos en su fuego para hacer un calor blanco. Entonces él usa ese calor para martillar armas de guerra en su yunque. El herrero representa a Satanás, quien constantemente idea nuevas armas contra la iglesia y creyentes.
Que increíble imagen. Es como si Dios dijera, “Mira, el diablo esta ventilando su fuego, haciendo armas que el usa para tratar de destruir a mi pueblo. Yo cree a este herrero, creándolo como un ángel. El una vez tuvo poder y autoridad, pero fue echado por su rebelión. Yo lo cree, y yo puedo encadenarlo. El puede ir tan lejos como yo se lo permita.”
Nota la sorprendente promesa de Dios en el siguiente versículo: “Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y tú condenarás toda lengua que se levante contra ti en el juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová: su salvación de mí vendrá, dice Jehová.” (54:17). En otras palabras: “Deja que el enemigo haga sus armas. Deja que apunte legiones de demonios. Ni una sola arma que el forme contra ti te echara abajo.” ¡Que gloriosa promesa!
Satanás esta usando sus armas de desesperanza contra el pueblo de Dios, tempestades demasiado violentas para ser soportadas sin el consuelo del Espíritu Santo. Sin embargo Dios declara, “…sobre zafiros te fundaré.” (54:11). El mensaje aquí es, “Cuando todo en el mundo es sacudido, tu no te moverás. El fundamento que yo estoy echando debajo de ti es tan sólido como estas piedras. Lo que yo estoy haciendo en ti no puede ser sacudido”
Estos zafiros representan conocimiento y sabiduría espiritual, penetración dentro del mismo corazón de Dios. Sabemos que aquellos que soportan el sufrimiento salen armados con mayor entendimiento de la misericordia de Dios. Tu puedes ser tentado, lanzado de un lado a otro, afligido y solo, pero a través de todo eso el esta formando debajo de ti un fundamento de roca sólida.  Iglesia esfuerzate!
 D Wilkerson

Thursday, September 24, 2015

Es tiempo de cosecha

“Al ver las multitudes tuvo compasión de ellas, porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, pero los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.” (Mt. 9:36-38).

Jesús declaró, “Los campos están listos y la cosecha es cuantiosa. Es tiempo de comenzar a cosechar.” En ese momento, comenzó la gran cosecha espiritual y final. Comenzó como una cosecha entre los judíos y los gentiles de la generación de Jesús. Y esta misma cosecha perdurara hasta que Cristo regrese.
Mientras leo este pasaje, me pregunto que habrá visto Jesús en su tiempo que le hizo decir: “La cosecha esta lista, ¿así qué es tiempo de cosechar?” ¿Vio el un despertar espiritual en Israel? ¿Había avivamiento en la sinagoga? ¿Estaban los sacerdotes volviendo a Dios? ¿Estaban siendo convencidos los escribas y Fariseos? ¿Que evidencia había que la cosecha estaba madura?
Los evangelios no revelan mucha evidencia de ningún movimiento espiritual hacia Dios. Si había algo, ellos mostraban lo opuesto. Jesús era burlado en las sinagogas. Los lideres espirituales de la nación lo rechazaban, cuestionando su integridad y divinidad. Un gentío religioso trató de arrojarlo por un precipicio. Y Cristo mismo se lamento sobre las ciudades de Israel porque no se arrepintieron ante su mensaje: “¡Ay, Corazín! ¡Ay, Betsaida! ¡Ay, Tiro y Sidón! ¡Ay, Capernaúm!”
En cuanto a las multitudes, ellos estaban envueltos en una desesperación caótica. Las Escrituras nos dicen, “Cuando él las vio… estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.” Aquí había una sociedad temerosa, estresada y deprimida. La gente corría salvajemente, como ovejas dispersas, buscando ayuda dondequiera que la pudieran encontrar. Sin embargo, fue en este mismo punto de gran desesperación que Cristo declaró: “Los campos están maduros y la cosecha es cuantiosa.”
¿Crees que las palabras de Jesús acerca de una cosecha madura se aplican al presente? ¿Dónde vemos evidencia que los campos están blancos y listos para cosechar? ¿Están arrepintiéndose las naciones? ¿Hay un gran mover en nuestra sociedad? ¿Esta despertándose la iglesia organizada? ¿Están hambrientos por avivamiento los lideres religiosos, buscando a Cristo en forma renovada? ¿Hay un clamor por santidad en esta generación?
Con unas cuantas excepciones, no veo que tales cosas estén sucediendo. Sin embargo, nada de esto fue lo que movió a Jesús en su tiempo. Mas bien, él fue movido por la triste condición que él vio por todos lados. Dondequiera que él miraba, la gente estaba abrumada por la pena.
De hecho, mientras Cristo miraba sobre Jerusalén, él lloró. Sus lagrimas eran por la dureza y ceguera espiritual que veía. Aquí había un pueblo camino al juicio, sin paz, solo miedo y depresión. Y él profetizó sobre esta escena, “Tu casa será desolada.”
En realidad Jesús nos ofrece un cuadro de como serian los últimos días. Ahora, este periodo comenzó en su ascensión, y terminara solo cuando él vuelva otra vez. Estamos muy cerca a ese punto ahora. Y Jesús lo describió a sus discípulos cuando ellos le preguntaron que señales buscar. Ellos querían saber la condición de las cosas mientras los mismos últimos días se aproximaban.
Cristo contestó hablando acerca de hambrunas, terremotos, tribulaciones, naciones divididas. Falsos profetas y falsos cristos engañarían a muchos y llevarían a multitudes por mal camino. Creyentes serian odiados tan solo por mencionar el nombre de Cristo. Y el amor de muchos se enfriaría, con algunos cayendo por el incremento audaz del pecado y anarquía.
“Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas. Los hombres quedarán sin aliento por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra, porque las potencias de los cielos serán conmovidas.” (Lucas 21:25-26). En resumen, Jesús esta describiendo aquí la generación más ansiosa, deprimida, y estresada de todos los tiempos.
Así pues, ¿están cumpliéndose sus profecías aun ahora, ante tus ojos? Piénsalo: esta generación esta llena de ansiedad y preocupación. Multitudes están atemorizadas mientras observan como se despliegan increíbles desastres: huracanes, terremotos, tsunamis, deslizamientos de tierra, y tornados. Naciones enteras tiemblan con temor sobre la amenaza de terrorismo. Y fallos cardiacos es el asesino numero uno en el mundo hoy.
Religiones falsas, falsos profetas y falsos cristos están llevando a muchos por mal camino. Millones están volviéndose al Islam, con nación tras nación infiltradas por los islámicos. Tendrías que estar en negación total si tu no ves que todo lo que puede ser sacudido es sacudido.
En medio de todo este trastorno y tumulto, escucho las palabras de Jesús: “Los campos están blancos. La cosecha es cuantiosa.” Estoy convencido que él le esta diciendo a su iglesia, “La gente esta lista para escuchar. Este es el tiempo para creer por una cosecha. Ahora es el tiempo para que tu comiences a cosechar.”
Cristo es el Señor de la cosecha. Y si él declara que la cosecha esta lista, debemos creerlo. No importa cuan malvada se vuelva esta generación. No importa cuan poderoso parezca Satanás. Nuestro Señor esta diciéndonos, “Deja de enfocarte en las dificultades a tu alrededor. En vez de eso levanta tus ojos. Es tiempo para que veas que la cosecha esta lista.”-Leonel




Tuesday, September 22, 2015

El justo por su fe vivira

Estas mismas palabras apretaron el corazón y cambiaron la vida de otro hombre – un hombre que nació en Eiselben, Alemania en 1483; y, a través de el, eventualmente cambió al mundo. El joven Lutero tenía una sed de conocer a Dios y un hambre de salvación. El sintió el peso de su pecado y quería librarse de el pero no sabía como.
En los días de Lutero, las verdades bíblicas de salvación, perdón y vida eternal por gracia a través de la fe sola habían sido enterradas en las tradiciones del Catolicismo medieval casi igual que estas verdades del Evangelio han sido olvidadas y perdidas en tantas iglesias que hoy se hacen llamar Cristianas.
Pero la única Iglesia en aquellos días era la Iglesia Católica Romana, y así Lucero estudió para el sacerdocio buscando respuestas, y luego entró en un monasterio a los 21 años. El monasterio significó una vida de negación de si mismo, abandonando hogar y familia, mendigar, ayuno y oración – algunas veces 3 días sin sueño, comida y agua, - vigilias de noche y trabajos de día, rituales y obras, cantos y misas, aún el doloroso auto-castigo. Cada hora de la vida de Lutero estaba regulada. Más adelante escribió:
"Si alguna vez un monje había llegado al cielo por ser monje, yo hubiese llegado allí."
Pero a través de todo esto Lutero no alcanzó ningún sentido de perdón, ningún sentido de acercarse más al Señor, ningún sentido de liberación de culpa. Sus estudios de la Biblia hablaban de un Dios celoso, iracundo y vengativo, quien se deleitaba en castigar el pecado. Sus sueños estaban rodeados por las llamas del infierno. El no estaba enfermo ni loco según algunos han afirmado – el simplemente fue sumergido en el sistema religioso de su día – el sistema que el estaba siguiendo lo condenaba  porque el sabía que no estaba a la altura de sus estándares.
Aquello que el consideraba como su propio pecado lo atormentaba. El se preguntaba si sus obras eran suficientemente buenas y esto lo atormentaba. El se preguntaba si su contrición era suficientemente profunda y esto lo atormentaba. El se preguntaba si sus confesiones incluían cada pensamiento, palabra y obra pecaminosa, y esto lo atormentaba.
El hizo un peregrinaje a Roma esperando encontrar paz. De ahí fue a toda iglesia y todo lugar santo para no perderse de ninguna de las indulgencias ofrecidas.  El descendió a las catacumbas donde 80,000 mártires y 26 papas yacían en nichos de piedra.
El miraba fijamente la soga con la que Judas supuestamente se ahorcó. El fue a las santas escaleras, supuestamente manchadas con la sangre de Cristo las cuales se suponen por las que Jesús subió hacia el tribunal de Pilato y sangró después de que fuera azotado. El comenzó arrastrándose por esas santas escaleras sobre sus rodillas, besando cada paso protegido con vidrio junto con otros peregrinos y durante todo ese tiempo sus pensamientos estaban tambaleando.
Lo que el estaba haciendo, lo hacían otros al lado de el – otros a quienes el había visto blasfemando despectivamente todos los días y vivían en lujuria y pecado. Habían historias que atravesaban su cabeza del Papa reinante, el malvado Alexander, quien quería envenenar a su propio hijo y cuya hija era la mal famosa y perversa Lucrecia.
Habían historias vergonzosas de su antiguo ideal más elevado, la iglesia, la cual el ahora veía como el lugar de nacimiento de hombres perversos, dinero mal habido y pecado horrendo. El se preguntaba, "Todas estas buenas obras, hechas mil veces diariamente en Roma y en otros lugares - ¿no eran obras muertas, desgraciadas por mil blasfemos incrédulos e hipócritas tales como yo quienes las estaban haciendo?"
El se levantó de sus rodillas, volviendo su espalda a las escaleras sagradas y se fue. Más preguntas todavía retumbaban en sus oídos - "¿Cómo podría alguien pararse antes Dios?"
"¿Cómo puede ser alguien justo ante Dios?"
"¿Cómo es posible para alguien ser salvo?"
Y las palabras que el había leído de Habacuc, lo cual el aún no entendía, aún sonaban en su corazón, "El justo por su fe vivirá."
El terminó en Wittenberg, y tomó sus pensamientos y preguntas a la Palabra de Dios la cual comenzó a ser su fundamento y verdadero gozo. El habría de disertar en la Universidad sobre los Salmos y así el empezó sus preparaciones. El vino al Salmo 22 y descubrió un “Salvador Quién literalmente sufrió toda vergüenza y rechazo de Dios”, pero el no entendía.
El vino al Salmo 32 - " Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado." El no parecía entenderlo pero la Palabra estaba comenzando a ser su fundamento y gozo.
Mientras el continuaba sus estudios, el pasaje de Habacuc se mantenía manando en su cabeza. Luego fue llevado al libro de Romanos y a mitad del capítulo uno, comenzando con el versículo 16, encontró las bellas palabras que liberaron su corazón - " 16Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. 17Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá." Ahí estaba otra vez – el justo vivirá por fe.
Fue como si fuese alcanzado por un rayo. El tiró su pluma y cayó sobre sus rodillas con lágrimas de entendimiento. El sabía que el Espíritu Santo había venido sobre el – la pequeña y estrecha habitación en la torre se abrió y las puertas abiertas del cielo le recibieron.
Luego Lutero escribió, "Antes que esas palabras rompieran mi corazón, yo odiaba a Dios y estaba molesto con El. Yo era Su propia creación, pero los estándares Santos del Creador eran tan altos y distantes para yo poder alcanzarlos – Pero cuando por el Espíritu de Dios yo entendí esas palabras "El justo por su fe vivirá", entonces me sentí nacido de nuevo, como un hombre nuevo;  entré a través de las puertas abiertas hacia el mismo paraíso de Dios.
“Ahora veía las Escrituras, completamente en una luz diferente – ahora era mi querida y consoladora Palabra – ellas no estaban allí para condenarme sino para salvarme.”

Monday, September 21, 2015

Jehova dio una gran victoria


2 Samuel 23:8-12
la Palabra nos dice: “…Después de éste fue Sama hijo de Age, ararita. Los filisteos se habían reunido en Lehi, donde había un pequeño terreno lleno de lentejas, y el pueblo había huido delante de los filisteos. 12El entonces se paró en medio de aquel terreno y lo defendió, y mató a los filisteos; y Jehová dio una gran victoria…”  Si leemos esto ligeramente, lo que sucedió en este instante nos puede lucir como una cosa un poco tonta, ¿verdad? Digo esto porque aquí encontramos que este hombre se enfrento para pelear en contra de un grupo de hombres, para proteger un terreno de lentejas. En otras palabras, por algo que en el gran esquema de la vida aparenta ser insignificante, ¿verdad? Pero el significado aquí es mucho más profundo que un simple terreno de lentejas. Digo esto porque Sama no estaba peleando por un simple terreno de lentejas, él estaba peleando porque este terreno seguramente era el sustento de su familia. Quiero que también notemos algo que es de suma importancia, y esto es que la Palabra aquí nos dice que el terreno estaba: "…lleno de lentejas…"  ¿Por qué debemos notar este detalle? Es importante que notemos esto porque este detalle nos indica que el terreno no era uno que se estaba cultivando, sino que era un terreno que estaba listo para cosechar. En realidad los filisteos eran bien inteligentes, digo esto porque ellos no habían arado la tierra; ellos no habían sembrado la semilla; ellos no le habían dado un mantenimiento al terreno, pero ahora que estaba listo para la cosecha, ellos atacarían y se la robarían. Seguramente que algunos ya estén haciéndose esa pregunta: ¿qué tiene que ver todo esto con nosotros?
  Si hacemos un contraste entre lo que sucedió aquí y lo que le sucede a la gran mayoría de los creyentes, creo que todos aquí estaremos de acuerdo cuando digo que nuestro enemigo trabaja más o menos como estos filisteos. Cuando reflexionamos en nuestra vida, y las cosas que con frecuencia nos suceden cuando genuinamente escogemos seguir a Jesús, creo que todos podremos ver que nuestro enemigo usa la misma táctica que usaban los filisteos en nuestra historia. Permítanme explicarme. Todos aquí sabemos que el enemigo ataca a los cristianos, todos sabemos que él monta un ataque en contra del pueblo de Dios. Pero, ¿se han puesto a pensar cuando es qué comienza el ataque más intensivo? Si pensamos en esto por un momento creo que todos llegaremos a la conclusión que no fue cuando comenzamos a caminar. Esto es porque, el ataque de nuestro enemigo se intensifica cuando empezamos a servir a Dios como Dios quiere que le sirvamos. En otras palabras, el ataque es intensificado cuando comenzamos a dar buenos frutos; es en ese momento que nuestro enemigo trata de destruir, y trata de robarse lo que Dios con tanto amor ha sembrado en nosotros .
Lo que sucede con mucha frecuencia no es muy diferente a lo que sucedió aquí con el pueblo de Israel. Desdichadamente, una vez que el ataque se intensifica, una vez que el ataque llega a nosotros, muchos hacemos lo que hizo este pueblo. ¿Qué hizo este pueblo? La Palabra nos dice que: “…el pueblo había huido delante de los filisteos…Este pueblo corrió lleno de temor, este pueblo corrió y abandono las bendiciones que Dios le había entregado, y muchos son los que hacen igual. Muchos son los que le permiten al enemigo que llegue y destruya lo que Dios le ha entregado.
  Algo que queda bien evidente en el acontecimiento que estamos explorando en el día de hoy, es que este pueblo no tuvo el valor de defender lo que era suyo. Ellos no tuvieron el valor de defender lo que con tanto esfuerzo habían logrado. Digo esto porque cuando pensamos en donde ellos estaban ubicados geográficamente, no es difícil discernir que ellos mayormente estaban en un desierto. Esto quiere decir que para que ellos pudiesen cultivar este terreno, ellos tuvieron que pasar bastante trabajo. Primero tuvieron que irrigar la tierra, segundo arar el terreno, tercero sembrar la semilla, y más importante que todo, ellos tuvieron que darle un mantenimiento a este terreno durante varios meses para asegurarse que la semilla crecería. Uno pensaría que ellos no estarían dispuestos a abandonar lo que con el sudor de su frente lograron, pero el pueblo corrió de los filisteos, y abandono todo. En esencia, lo que este pueblo hizo fue rendirse antes de pelear. 
Estas a punto de tener tu VICTORIA, no te des por vencido....no tires por tierra lo que Dios te a dado.
No pierdas las bendiciones recibidas a base de tu tiempo en oracion o ayunos. Tu Victoria sera grande!