2 Samuel 23:8-12
la Palabra nos dice: “…Después de éste fue Sama hijo de Age, ararita. Los filisteos se habían reunido en Lehi, donde había un pequeño terreno lleno de lentejas, y el pueblo había huido delante de los filisteos. 12El entonces se paró en medio de aquel terreno y lo defendió, y mató a los filisteos; y Jehová dio una gran victoria…” Si leemos esto ligeramente, lo que sucedió en este instante nos puede lucir como una cosa un poco tonta, ¿verdad? Digo esto porque aquí encontramos que este hombre se enfrento para pelear en contra de un grupo de hombres, para proteger un terreno de lentejas. En otras palabras, por algo que en el gran esquema de la vida aparenta ser insignificante, ¿verdad? Pero el significado aquí es mucho más profundo que un simple terreno de lentejas. Digo esto porque Sama no estaba peleando por un simple terreno de lentejas, él estaba peleando porque este terreno seguramente era el sustento de su familia. Quiero que también notemos algo que es de suma importancia, y esto es que la Palabra aquí nos dice que el terreno estaba: "…lleno de lentejas…" ¿Por qué debemos notar este detalle? Es importante que notemos esto porque este detalle nos indica que el terreno no era uno que se estaba cultivando, sino que era un terreno que estaba listo para cosechar. En realidad los filisteos eran bien inteligentes, digo esto porque ellos no habían arado la tierra; ellos no habían sembrado la semilla; ellos no le habían dado un mantenimiento al terreno, pero ahora que estaba listo para la cosecha, ellos atacarían y se la robarían. Seguramente que algunos ya estén haciéndose esa pregunta: ¿qué tiene que ver todo esto con nosotros?
Si hacemos un contraste entre lo que sucedió aquí y lo que le sucede a la gran mayoría de los creyentes, creo que todos aquí estaremos de acuerdo cuando digo que nuestro enemigo trabaja más o menos como estos filisteos. Cuando reflexionamos en nuestra vida, y las cosas que con frecuencia nos suceden cuando genuinamente escogemos seguir a Jesús, creo que todos podremos ver que nuestro enemigo usa la misma táctica que usaban los filisteos en nuestra historia. Permítanme explicarme. Todos aquí sabemos que el enemigo ataca a los cristianos, todos sabemos que él monta un ataque en contra del pueblo de Dios. Pero, ¿se han puesto a pensar cuando es qué comienza el ataque más intensivo? Si pensamos en esto por un momento creo que todos llegaremos a la conclusión que no fue cuando comenzamos a caminar. Esto es porque, el ataque de nuestro enemigo se intensifica cuando empezamos a servir a Dios como Dios quiere que le sirvamos. En otras palabras, el ataque es intensificado cuando comenzamos a dar buenos frutos; es en ese momento que nuestro enemigo trata de destruir, y trata de robarse lo que Dios con tanto amor ha sembrado en nosotros .
Lo que sucede con mucha frecuencia no es muy diferente a lo que sucedió aquí con el pueblo de Israel. Desdichadamente, una vez que el ataque se intensifica, una vez que el ataque llega a nosotros, muchos hacemos lo que hizo este pueblo. ¿Qué hizo este pueblo? La Palabra nos dice que: “…el pueblo había huido delante de los filisteos…Este pueblo corrió lleno de temor, este pueblo corrió y abandono las bendiciones que Dios le había entregado, y muchos son los que hacen igual. Muchos son los que le permiten al enemigo que llegue y destruya lo que Dios le ha entregado.
Algo que queda bien evidente en el acontecimiento que estamos explorando en el día de hoy, es que este pueblo no tuvo el valor de defender lo que era suyo. Ellos no tuvieron el valor de defender lo que con tanto esfuerzo habían logrado. Digo esto porque cuando pensamos en donde ellos estaban ubicados geográficamente, no es difícil discernir que ellos mayormente estaban en un desierto. Esto quiere decir que para que ellos pudiesen cultivar este terreno, ellos tuvieron que pasar bastante trabajo. Primero tuvieron que irrigar la tierra, segundo arar el terreno, tercero sembrar la semilla, y más importante que todo, ellos tuvieron que darle un mantenimiento a este terreno durante varios meses para asegurarse que la semilla crecería. Uno pensaría que ellos no estarían dispuestos a abandonar lo que con el sudor de su frente lograron, pero el pueblo corrió de los filisteos, y abandono todo. En esencia, lo que este pueblo hizo fue rendirse antes de pelear.
Estas a punto de tener tu VICTORIA, no te des por vencido....no tires por tierra lo que Dios te a dado.
No pierdas las bendiciones recibidas a base de tu tiempo en oracion o ayunos. Tu Victoria sera grande!
No comments:
Post a Comment